Mamá y
Papá ya sabían que yo iba a ser un varón y se querían sacar las ganas de tomarme una foto. ¡Para qué...! A partir de este robo legalizado (cobran si querés video o CD y hasta te lo venden ahí), se sacaron mil conclusiones. Que me parecía a Papá, que a la
abuela Lela... Lo cierto es que, cuando nací, no me parecía más ellos que a
Mecha Ortiz.
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