sábado, abril 29, 2006

¡Feliz cumplemés! 12 ¡Feliz cumpleaños! 1


Y un día cumplí 12 meses... ¡Eso significa que cumplí 1 año!
Pero... ¡qué rápido ha pasado el tiempo!
En un momento estaba durmiendo en la panzota de Mamá y, enseguida, me harto de tanto movimiento y se me ocurre nacer 2 meses antes.

Pero, bueno, ¡basta de nostalgia! Vayamos al grano, a los súper festejos que organizaron mis Papis para éste, mi primer cumpleaños.
Al mediodía vinieron los familiares. Estuvieron casi todos y comieron fondue y tomaron vino como si en ello les fuera la vida. Por mi parte, sabiamente entrenado, soplé la velita que habían puesto en una torta riquísima que tenía encima un muñequito de Huracán, el equipo de mis amores.
A la noche me visitaron mis padrinos y también la pasamos rebién, aunque yo me fui a dormir porque ya no deba más del nonazo. Había sido un día muuuy largo.
No puedo creer la cantidad de regalos que me hicieron: ropa, chiches, ¡de todo! Realmente, más no se puede pedir.

domingo, abril 23, 2006

2 cumple 2


Hoy festejamos con retraso 2 cumpleaños familiares: el del tío Ricardo (hermano de mi Papá), que cumplió un montón, y el de Martina, que es hija de mi primo Diego.
El encuentro fue en la casa de mi abuelo Tata, allá en Ciudad Jardín, y estuvo lindo. Como los nenes que había mucho no me conocen, casi no me dieron bolilla, pero yo me las rebusqué por mi cuenta con sus chiches.
Lo mejor ocurrió después, cuando los grandes fueron a jugar al paddle al club de la vuelta y se sacaron chispas. La performance de mi Papi resultó una grata sorpresa para todos, pues pese al abuso de tabaco en el que suele incurrir ganó todos los partidos que jugó. A él, que hizo mucho deporte cuando era más joven y precisamente en ese lugar, le gustó mucho que yo estuviera ahí alentándolo.
En la foto se me ve justamente con Martina y uno de los mellizos (Franco o Mateo, nunca los identifico), hijo de mi prima Natalia.

Jugando con Psycho


Desde que empecé a sentarme solo y a gatear, mi perro Psycho cambió en gran medida su actitud (digo en gran medida porque, cuando mis Papis dirigen toda su atención hacia mí, él todavía se pone muy celoso): ahora puedo decir que me registra en toda mi dimensión. Además de seguir oliéndome los pañales -el muy chancho-, pedirme papota y darme besotes, también juega conmigo. Como ven, me trae sus chiches (¡sí, esos que se ven son de él!) para que yo se los arroje -y así volver a empezar- o para forcejear juntos. Todo bajo la atenta mirada de mis Viejos que, si bien confían plenamente en su delicadeza, quieren estar seguros de que no haya sorpresas desagradables.
Nunca se sabe.

sábado, abril 22, 2006

El ritmo en la sangre


Aquí se me ve muy dedicado a hacer sonar la pandereta y no debo incurrir en falsas modestias: la manejo bastante bien; sobre todo considerando que mis Papis no han sido muy bendecidos con el sentido del ritmo.
Mamá se la rebusca más que bien tocando el saxofón, pero lo suyo no es bailar; pese a que la tía Marisa -su hermana- practicó danzas durante años y que la abuela Katty -su mami- da cátedra con el tango. Y de mi Papá, mejor no hablar: hasta él admite que si Dios hubiera deseado que se dedique al baile lo tendría que haber creado con articulaciones flexibles. Decididamente -cuando no fuma demasiado- lo mejor que hace es cantar.
Además de la pandereta, también me las arreglo bastante bien con el xilófono y con un teclado que nos prestó la tía Mariela.
Obviamente, lo del título es una ironía.

domingo, abril 16, 2006

¡Felices Pascuas! [2006]


16/04/06
El Domingo de Pascuas fui con mis Papis a la casa de la abuela Katty. La pasamos muy bien y todos comieron mucho de esos impresionantes huevos de chocolate, de los que sólo conocí el olor.
De todas maneras, me las rebusqué para disfrutar el día. Por suerte, estaba mi prima Alma, que es con la que mejor me llevo. Jugamos mucho -con cacerolas y flaneras, que son mi debilidad- y a veces ella me sirvió de apoyo para poder pararme, algo que todavía no domino. Claro que en varias oportunidad los dos terminamos por el piso.

sábado, abril 15, 2006

3 cumple 3


Tres de los amigos de mi Papá -la madrina Ivana, y los tíos Juan y Rolo- cumplieron años en estos días de abril (el 12, el 13 y el 17). Lo festejaron con una opípara cena la noche del 15 en el chatêau del tío Marcelo, donde se degustaron jugosos choripanes y deliciosas bondiolas (también conocidas como mondiolas), todo regado con machazo tinto cuyano y posterior champucete; todo esto según el decir de mi Papi, porque yo me quedé en casa bajo el cuidado de mi abu Katty.
Como se puede apreciar en la foto, estaban todos más que contentos y francamente algo deteriorados.

domingo, abril 09, 2006

Mis chiches I


La verdad es que todavía no soy un nene de esos que podría decirse que es juguetón. Lo que más me gusta es estar con Mamá y Papá; todo el tiempo y no necesariamente para jugar.
Ahora, si Uds. me obligan a hablar de juegos en el sentido tradicional de la palabra, debo admitir que lo mío son los cacharros: de cualquier clase, material o procedencia. Pueden tratarse de cacerolas, de la misma manera que pueden ser Tuppers, cajas de zapatos o botellas vacías de gaseosas. Lo importante para mí es el sonido y, en segundo plano, las texturas.
Claro que forzado a escribir sobre juguetes, me resulta imprescindible aclarar que, al menos por ahora, no son lo mío. Y eso que me han regalado unos cuantos, ¿eh? Al principio, los miro, los doy vuelta y, finalmente, los tiro al piso. Otra vez, es el ruido lo que me interesa y los juguetes no suelen hacer mucho.
En realidad, tengo muchos chiches; prestados y regalados. Entre los prestados, me gusta mucho la mesita con trencito y ruiditos que nos dio la tía Mariela y que era de mi prima Malena. Es la que está en la foto. De los regalados por parientes y amigos, me inclino por 2: la llave que hace ruido y prende luces que me regalaron el tío Ricardo y la tía Maby, y el caracol con piezas de encastre que también me regaló la propia Mariela.
Entre los regalos que me hicieron mis Papis, hay varios que me atraen; principalmente, los cubos apilables y las herramientas para la playa.
Una mención especial para el móvil que colgó de mi cuna durante meses (el primer regalo de mi Papi, que ya no tengo porque soy grande y lo alcanzo con fines destructivos) y la consola de luces que me regaló mi Mamá para que nunca la olvide.