11/08/08
Es duro. Bueh, no lo es tanto: debo confesar que no tan en el fondo yo realmente quería volver al Jardín. Allí me entretengo mucho con mis compañeritos -a quienes en verdad extraño, como Rocío, Martina y Fede- y con las seños María Marta, Maru, Ariana y Mariela, que es nueva.
Siento emociones contrapuestas: por un lado, esto del Jardín; por el otro, el alejarme de mis Papis durante buena parte del día, dejarle servida la casota en bandeja a mi hermano Tommy para que haga y deshaga a su antojo y -por último y no por eso menos importante- no ver por vaya uno a saber cuánto tiempo a mi prima Ornella. Gracias a ella pasé 15 días inolvidables, que incluyeron las actividades más divertidas, habidas y por haber, como ir al cine a ver Kung-Fu Panda o comer comida chatarra, siempre con una sonrisa y la mejor buena voluntad (pese a tener que tolerar al denso de su tío).
Es duro. Bueh, no lo es tanto: debo confesar que no tan en el fondo yo realmente quería volver al Jardín. Allí me entretengo mucho con mis compañeritos -a quienes en verdad extraño, como Rocío, Martina y Fede- y con las seños María Marta, Maru, Ariana y Mariela, que es nueva.
Siento emociones contrapuestas: por un lado, esto del Jardín; por el otro, el alejarme de mis Papis durante buena parte del día, dejarle servida la casota en bandeja a mi hermano Tommy para que haga y deshaga a su antojo y -por último y no por eso menos importante- no ver por vaya uno a saber cuánto tiempo a mi prima Ornella. Gracias a ella pasé 15 días inolvidables, que incluyeron las actividades más divertidas, habidas y por haber, como ir al cine a ver Kung-Fu Panda o comer comida chatarra, siempre con una sonrisa y la mejor buena voluntad (pese a tener que tolerar al denso de su tío).
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