lunes, abril 21, 2008

¡Feliz cumple, tío Hugo! [2007]


09/09/07
Entre muchas maneras, uno se da cuenta que otro año ha pasado cuando se encuentra haciendo exactamente lo mismo para la misma época. Es una obviedad llamada cumpleaños y nuevamente se lo festejamos en familia al tío Hugo. El encuentro fue en la casota del abuelo Tata, en Ciudad Jardín.
Lo mejor de la velada llegó al final -después de travesuras varias de mi parte, como tirar al piso la cortina de la cocina, manotear la crema de la torta antes de que soplen las velitas o chocar contra mi primo Santino-, cuando mis primos y yo nos pusimos a arreglar los canteros como si fuéramos jardineros.
Nos divertimos con poco. Por ahora.
Ah, todavía siento que algo extraño ha sucedido. Cambiado. Tiene que ver con mis Papis. En realidad, con mi Mamá, pero no sé bien qué.

viernes, abril 18, 2008

El Jardín no es un jardín



05/09/07
Acabo de enterarme y no sé si ponerme contento o no. Al comienzo de mis actividades sociales-deportivas en el grupo de iniciación deportiva del club, parece que deberé sumar un concepto que no comprendo muy bien y que se llama jardín de infantes.
Algo escuché por ahí, pero no sé de qué se trata. Mis primos Dina, Pedro y los Mellis ya fueron y nunca comentaron demasiado. Por lo que alcancé a entender de la explicación que me dieron mis Papis, es que se llama Jardín de Infantes Euskal-Echea y queda en la intersección de las calles Chile y Sarandí, a unos 10 minutos de casota. Parece que es un lugar donde los nenes van a jugar mucho y a aprender cosas. Hasta ahí más o menos bien, puedo llegar a tolerarlo, aunque lo que a mí más me gusta es quedarme en casa viendo pelis y leyendo libritos.
Se trata de una institución católica vinculada a la comunidad vasca. Lo primero lo entiendo, pero lo segundo realmente no. La explicación que dan mis Viejos es que el establecimiento reúne varias características: cuenta además con primario y secundario, está más o menos cerca de casota, tiene buenas referencias y, esto no lo alcanzo a entender, ofrece doble escolaridad o recreación. Eso me suena a eufemismo.
No sé... No quiero apresurarme, porque las clases comenzarían recién en marzo y estamos en septiembre, pero... ¿será que los molesto y me quieren sacar de encima? Y si es así, ¿por qué mi Papá le dijo a mi Mamá, después de inscribirme, que sentía que estaba perdiendo a su bebé? ¡Espero que esto no les dé ideas extrañas sobre tener otro hijo!
No sé, repito. Todo está muy raro. Y todavía tengo esa sensación de que algo sumamente extraño está sucediendo. Como que algo cambió.

miércoles, abril 16, 2008

Vida de club I


01/09/07
Disculpen la demora en esto de postear, pero han sido unas semanas por demás complicadas. Bueno... ¿dónde estábamos? Ah, sí.
Desde que mi Papá se mudó de Ciudad Jardín a Capital que había abandonado lo que él -y supongo mucha gente también- llama vida de club: es decir, asociarse a una entidad deportiva, anotarse en alguna actividad, hacerse de amigos -o al menos de buenos conocidos- y considerar al lugar como un oasis indispensable para los fines de semana.
Pasaron los años, y tal vez porque una parte suya había quedado anclada en el club de su adolescencia, pero jamás logró quebrar la inercia que, paradójicamente, lo mantenía quieto. Un día quería andar en bicicleta, otro día quería hacer aparatos, más tarde jugar al fútbol, al paddle o al tenis. Para estas tres últimas actividades carecía de lo básico: amigos en Capital Federal con los que juntarse a jugar a lo que sea.
Mi llegada a esta mundo encendió la chispita y que yo estuviera en condiciones de relacionarme -mínimamente, tampoco exageremos- armó un buen fuego que lo impulsó a, por lo menos, averiguar opciones. Huracán, la casaca de nuestros amores, fue la primera opción. Quedaba cerca y la suponíamos a un buen precio. La parte del gimnasio resultaba ideal, pero La Quemita (el predio) todavía no ofrecía opciones para los no federados. Lástima.
Cuando Mamá sugirió el polideportivo de San Lorenzo como una chance, se encontró con una respuesta tan inapropiada que retiró la moción.
Ferro quedaba lejos, lo mismo que Comunicaciones, Vélez o River.
Estábamos desorientados hasta que el abuelo Pichi nos invitó a conocer y recorrer Club de Amigos, que mi Papi había conocido como KDT en sus época de beisbolista. Y la verdad que nos encantó. El precio es salado y tampoco queda cerca, pero bien valía la pena el esfuerzo. Tenía todo lo que buscábamos: para mí, un montón de juegos y una especie de colonia de iniciación al deporte, con la que empezaría a aprender a vincularme con el mundo; para Mami, clases de natación en una hermosa pileta; y, para Papá, el gimnasio. Sí, sin duda, la decisión estaba tomada: nos haríamos socios.
La que ven es imagen de esa recorrida inicial -acompañados por el abuelo y mi primo Pedro- mientras nos decidíamos. La verdad es que fueron momentos de gran felicidad para todos; sobre todo para mí. Hasta que...
Hasta que empecé a sentir que algo había cambiado. No me pregunten qué, pero me parece que a mi Mamá le pasa algo. Repito, ¡no sé! Pero algo pasa, puedo sentirlo. Algo está diferente.
Ya veremos.

miércoles, abril 02, 2008

¡Feliz cumplemés! 28


29/08/07
Y un día cumplí 28 meses...
... que es como decir que cumplí 2 años y 4 meses.
Un mes de cambios importantes, para variar; pero muy entretenido, pese al frío, que no se va.
  • Me regalaron al camión Mac y la pista de autos del Rayo McQueen, de Cars, para el Día del Niño.
  • Ya duermo sin barral, por lo que mi cuna se convirtió en una camita.
  • La última mamadera, la de la noche, pasó a mejor vida. Ahora me voy a dormir sólo con algún librito y el vaso de Cars lleno de agua. ¡Agua!
  • Fuimos al Salón del Comic que organizó el abuelo Pichi y mis Papis compraron un set de figuras de Los Simpson, ¡que no puedo tocar! Es muy injusto.
  • Cuando los fines de semana no ayudan, vamos a los juegos del shopping Alto Avellaneda.