Sí, porque te lo has ganado a pulso en cada segundo de mi existencia. Desde que me despertás cada mañana con tu dulce ¡Buenos días, su Señoría...! y hasta que me das las buenas noches con unas caricias en la mejilla, siempre estás conmigo de la mejor manera. Porque tu palabra vale oro, confío a ciegas en vos. Pero más que en tus palabras, confío en tus actos, que son lo que vale.
Espero que te haya gustado el reloj que te compré; poca cosa comparado con lo que me das día a día.
A la mañana estuvimos junto a Papá y Psycho, desayunando los 4 bien juntitos. A la tarde, fuimos a lo de la abuela Katty, con los tíos Gustavo, Marisa y Liliana, y mis primos Pedro, Dina y Alma. La pasamos bien, pero no es lo mismo.
Espero que te haya gustado el reloj que te compré; poca cosa comparado con lo que me das día a día.
A la mañana estuvimos junto a Papá y Psycho, desayunando los 4 bien juntitos. A la tarde, fuimos a lo de la abuela Katty, con los tíos Gustavo, Marisa y Liliana, y mis primos Pedro, Dina y Alma. La pasamos bien, pero no es lo mismo.
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