El día del cumpleaños de mi Papá empezó temprano. Bueh, lo que él considera temprano, a eso de las 9; que para el resto de los mortales es mañana avanzada. Lo despertamos con Mamá y le dimos su regalo. En realidad, la cajita que se ve es simbólica y representa la bruta computadora que lo espera en el living. Mucho no sé qué es una computadora, pero se parece a una tele y mi Papi no se despega de ella durante horas, encorvado y fumando sin darse cuenta de que el mundo sigue andando.
Después de muchas horas de mimos, a la noche le hicimos soplar las velitas y le cantamos el Feliz cumple.
El sábado vinieron sus amigos y también le cantaron, pero en voz baja, porque yo estaba haciendo noni-noni.
Después de muchas horas de mimos, a la noche le hicimos soplar las velitas y le cantamos el Feliz cumple.
El sábado vinieron sus amigos y también le cantaron, pero en voz baja, porque yo estaba haciendo noni-noni.
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