domingo, marzo 11, 2007

Mi amigo Woody


Parece que mis Papis estuvieron advertidos por un efecto similar en mi primo Pedro, pero que me afectara a mí tanto -pero tanto- los tomó por sorpresa.
¿De qué hablo? De la película Toy Story. Fue cuestión de verla una sola vez y a partir de ahí enamorarme de sus personajes y de su música.
Sí, fue cuestión de verla y querer volverla a ver 1, 2, 50 veces más.
Por gracia del Cielo, mis Viejos descubrieron a Woody -el protagonista- en una juguetería y me lo regalaron. Desde entonces no me he despegado de él ni un segundo, algo que les inspira algo de gracia y bastante ternura. Pero no más que a mí.
La foto fue tomada en el shopping Alto Avellaneda, mientras almorzábamos. Me acababan de comprar el muñeco y, como verán, no me despegué de él ni para comer, lo que es impropio de mí.

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