viernes, julio 29, 2005

¡Feliz cumplemés! 3


Y un día cumplí 3 meses...
Las cosas iban tomando su rumbo. Así, por ejemplo, mi neonatólogo, Marcelo, ahora me atendía como pediatra y solamente una vez por mes. Todavía sigo en casa con Mamá (porque dice el doctor que hay una epidemia de bronquiolitis que afecta especialmente a los prematuros como yo) y juntos hacemos los deberes para el trabajo. Ella se pone adelante de la computadora y yo la miro desde el huevito del cochechito, escuchando juntos esa música linda de Louis Armstrong.
Aprendí a tomar la teta como el mejor y no regurjitaba nada-nada. Y para los provechitos no hay quién me supere. ¡Hasta hago temblar los cuadros de la casa! Tampoco me duele más la panza, porque Papá aprendió a hacerme flexiones con las patotas y entonces me tiro unos petú tan ruidosos que espanto a Psycho.
Pero lo más lindo que descubrí es esa cosita rara que nace de la panzota -cuando Mamá me hace cosquillas o se hace la payasita-, sube por no sé donde y termina en mi cara; a veces hasta con un ruido raro.
Creo que se llama... Bueno, no sé cómo se llama, pero Papá sacó una foto en el momento justo para que ustedes se den cuenta de qué hablo.

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