domingo, julio 10, 2005

Unidos por el Globo



Mi Papá no dio lugar a opciones: nací hincha de Huracán. Como él, como mi tío Ricardo y mis primos Matías y Juan Manuel, como el abuelo Tata, como el bisabuelo Manuel. Admite que no fue una decisión fácil de justificar, que juntos sufriremos mucho más de lo que gozaremos. Pero, aun sabiendo eso de antemano, me hizo del Globo.
Ser de Huracán es pertenecer a una minoría anclada en el recuerdo de viejas glorias y triunfos pasados, en un barrio acorde a esas circunstancias. Podría haberme hecho de Independiente, como el tío Eduardo o mi primo Mariano; de River, como el tío Hugo y mi primo Diego; o de Boca, como tantos otros. Capaz hubiera sido mejor, de vez en cuando -sobre todo si sos Gallina o Bostero- tenés algo que festejar, tu equipo sale en los diarios y las revistas, y sus partidos no los pasan por cable a las 3 de la madrugada de un martes.
Pero me hizo de Huracán... Para hacerme «de abajo» y que me curta. Para que me integre a una historia familiar previa a mi llegada y posterior a mi partida.
De todos modos, él sabe, mi Papi, que el día de mañana no va a poder hacer nada por evitar que yo elija ser hincha del club que se me antoje.
Salvo San Lorenzo. Cualquier cosa menos Cuervo.

No hay comentarios.: