domingo, enero 29, 2006

¡Feliz cumplemés! 9


29/01/06
Y un día cumplí 9 meses...
Otro mes de novedades y descubrimientos: festejé el Año Nuevo y el Día de los Reyes Magos, disfruto de mis 4 comidas diarias, ya probé el pollo y otros tipos de carne (¡uummm!), aprendí a darle la papota a Psycho en la boca y logro quedarme sentado durante un buen rato. Ahora debo intentar lograrlo por mi cuenta.
Como en Buenos Aires hace mucho calor, por suerte mis Papis pusieron una piletita en el balcón para que yo me refresque y también juegue con mis chiches. A mi perro eso no le causó mucha gracia, pues sintió que le invadía su territorio.
Algo muy lindo sucedió el día 14: por primera vez, desayunamos todos juntos, como una familia.
Por otra parte, parece que tengo lo que se suele llamar Angustia del 8º mes. Realmente, no sé de qué se trata, pero lo cierto es que, después de varios de meses de dormir muy bien, empecé a despertarme varias veces durante la noche. Dicen que es porque los nenes como yo a esta edad comenzamos a darnos cuenta de que a la noche estamos solos y extrañamos a nuestros Viejos. No sé... qué sé yo. Lo único que digo es que, desde hace unas semanas (a partir del 13/1, más o menos), las noches se hacen interminables, me despierto a cada rato y sólo la presencia de mi Mamá me ayuda a volver a dormirme. Esperemos que esto acabe pronto y todo vuelva a la normalidad, porque no doy más del nonazo.

sábado, enero 21, 2006

Vacaciones en Costa del Este [2006]


21-28/01/06
Durante años, mis Papis fueron de vacaciones a San Bernardo -donde está el departamento del abuelo Tata-, un lugar del que guardan muy buenos recuerdos, porque allí hicieron su primera escapada de fin de semana como novios, festejaron el comienzo del nuevo milenio y también consolidaron su relación. En realidad, ellos suelen pasarla bien en cualquier lado, incluso cuando el clima no ayuda. Pero, últimamente, San Bernardo se ha superpoblado y como sitio para mis primeras vacaciones distaba mucho de resultar ideal: demasiado ruidoso y poco apto para descansar junto a un bebé.
La otra alternativa que barajaron fue Puerto Madryn, un lugar para ellos alucinante al que han ido en dos ocasiones, que reúne todas las virtudes de un centro vacacional, pero con un solo defecto: queda muy lejos y prefirieron evitarme los viajes en avión.
Así llegamos a la opción definitiva: Costa del Este. Aunque bastante caro, el Appart Hotel del Pinar queda cerca de Buenos Aires como para llegar en auto y ofrece tranquilidad, una pileta común y otra climatizada, algo que terminó de inclinar la balanza.
Lo más difícil resultó despedirse de Psycho, que se quedó a cuidar nuestra casota. Una mención de agradecimiento especial para la tía Fernanda, que a su vez se ocupó de atender a nuestro perro.
El viaje en auto fue bastante tranquilo. Creo que me la banqué bastante bien (incluso dormí un par de siestas), salvo durante los últimos 100 km, cuando ya no soportaba más ni el encierro ni estar atado a la sillita.
El lugar es espectacular. El appart ofreció todas las comodidades, aunque la cuna que me proveyeron no contempló mi tamaño: me la pasé rebotando contra los barrotes cada vez que intentaba darme vuelta cuando dormía.
Allí había otros chicos -más grandes y que no daban bolilla- que se la pasaban jugando. Después nos enteramos que, en una enorme casualidad, todos habían nacido de manera prematura, como yo. Pero, hay más: no sólo eso, sino que incluso habían estado internados ¡en el Sanatorio de la Trinidad! ¡Como yo! No se puede creer...
Hicimos de todo: a la mañana iba a la pileta climatizada con Mamá, volvíamos para almorzar y los dos dormíamos una siestota mientras Papá leía y tomaba sol. Luego nos reuníamos todos para tomar la leche, jugar con mis chiches en el pasto y volver a la pileta.
¡Y conocí el mar! Fue lo mejor de lo mejor. Es... es ¡grande! Y el agua... tan rara: va y vuelve, va y vuelve, con cada olita. Yo la quería alcanzar, pero nunca llegaba a tiempo. También jugué en la arena. Bah, mucho no hice, pero lo que más gustó fue agarrarla y dejarla caer. Incluso la probé: y no, no me gustó para nada su sabor.
Quiero ir de nuevo. ¿Falta mucho para que volvamos a ir de vacaciones?

miércoles, enero 18, 2006

El descuidista


Este es el cuadro de situación, día a día, comida a comida: si algo se cae al piso, mi perro Psycho se lanza raudamente a comerlo. Lo mismo ocurre si alguna miga o pedazo queda entre los pliegues de la sillita que me regalaron la tía Alejandra y mi padrino Héctor.
A mi Papá le da un poco de asquito y a mi Mamá le causa gracia. Por mi parte, me parece raro. Al principio, no entendía qué esperaba Psycho ahí sentado, duro como estatua, con la mirada fija sobre lo que yo tuviera entre manos. Luego, con pequeños chumbidos, logró hacerse entender. ¡Quería que le diera un poco de mi comida! Si tengo hambre o la comida me gusta, no le dejo nada. ¡Qué se le va hacer...! Pero, si tengo la panzota llena, siempre comparto algo con él. Y una vez que termino y me bajan, él se manda con todo a husmear como sabueso a ver si quedó algo para picotear.

sábado, enero 14, 2006

Las 4 comidas


Volvimos del pediatra con una grata novedad: ya tengo que empezar a comer mis 4 comidas diarias, como cualquier hijo de vecino, como todos. Espero que eso no signifique que me dejen de dar mamadera o, sobre todo, teta. Sin la teta, no sé qué sería de mi vida...
Mi Mamá me tuvo más fe que mi Papá: él pensaba que todo iba a resultar más difícil y al final terminé devorando cuanto me pusieron adelante.
¿Lo que más me gusta?
A mí me gusta todo: desde los purés de zapallo o zanahoria, pasando por las espinacas y la avena con leche, hasta las frutas; especialmente, la pera.

martes, enero 10, 2006

La odisea de quedarme sentado


A Uds. todo les parece fácil, pero cuando el cuerpo te dice No es casi imposible luchar.
Ya hace un tiempito que vamos a la kinesióloga experta en bebés prematuros a aprender ejercicios de estimulación. Mis Papis no estaban muy convencidos que digamos pero, como nuestro pediatra lo recomendó, hacia allí fuimos.
Los ejercicios (aunque más juego que otra cosa) hasta ahora han apuntado a dos cuestiones:
  1. La correcta y simétrica utilización de mis dos hemisferios corporales, lo cual redundó en la capacidad de darme vuelta en la cama.
  2. El adecuado empleo de los músculos abdominales como primer paso hacia la posición de sentado. Esto último implica una serie de movimientos medio raros que al principio me producen risa y enseguida fastidio.
Como Papá está comenzando a hartarse de la kinesiología y su bendita estimulación temprana -y porque hasta ahora nadie le demostró que mis avances hayan sido por otra razón que no sea mi propia maduración-, en cierta ocasión decidió ponerme sentado entre sus piernas un buen rato cada día; sobre todo cuando espero para comer o bañarme. Así juego un ratito con mis chiches mientras él ve la tele muy tranquilo.
La verdad es que todavía estoy lejos de sentarme por mi cuenta, pero con esta técnica hogareña he pasado -por lo menos- a quedarme quietito en mi lugar, algo que hasta no hace muchas semanas me resultaba imposible: mi cabeza y mi columna se movían como muñecos de trapo y terminaba cayendo.
Cada día que pasa me sostengo un poco más. Mi Papi no se adjudica el logro: como en la cuestión de darme vuelta, él cree que ahora me mantengo más erguido porque simplemente mi cuerpo ya me lo permite.

sábado, enero 07, 2006

Mi tía Liliana y mi prima Alma


Como hace muuuucho calor, fuimos a festejar el Día de Reyes a la casa del abuelo Pichi y la tía Noemí, que tienen una pileta grande-grande, pero con agüita tibia.
Allí nos encontramos con los hermanos de mi Mamá: estaban la tía Marisa con su nuevo novio, y los tíos Liliana y Gustavo, que fueron con mis primas Dina y Alma.
Tanto jugué en el agua que después me dio mucho hambre y nonazo.

viernes, enero 06, 2006

Reyes Magos [2006]


Mi primera Noche de Reyes pasó casi sin que me diera cuenta.
Lo mejor fueron los regalitos que me dejaron en los zapatos que pusimos en el living; especialmente, una tortuga que dice cosas cuando aprieto unos botoncitos y que, además, anda al empujarla.
Me gustaron mucho todos los preparativos: los zapatitos, el agua para los pobres camellos sedientos y el pasto. Resultó muy gracioso verlo a mi Papá buscar y rebuscar algo de césped en los alrededores de nuestro departamento. Parece que otros papis le ganaron de mano, por lo que tuvo que recurrir a unos yuyos que salieron en la maceta del ficus. En fin, cosas de vivir en la gran ciudad...
Por suerte, a los camellos le gustó, porque se comieron casi todo y tomaron mucha agüita antes de partir a dejarle chiches a otros nenes.

domingo, enero 01, 2006

¡Feliz Año Nuevo! [2006]


Cuarto post consecutivo que empieza con eso de ¡Feliz...! Y, bueno, no tengo la culpa de que se hayan juntado tantos acontecimientos festejables...
El año 2005 lo despedimos en casa, porque -como sucedió en Nochebuena- mis Papis no querían andar dando vueltas por Buenos Aires a horas absurdas conmigo bajo el brazo.
En esta ocasión nos visitaron mi padrino Héctor y la tía Alejandra, con mis primos Chiara y Alessio. Aunque también me fui a hacer noni bien temprano, esta vez duré un poquito más. Por lo que sé, la pasaron muy bien. Comieron, bebieron y fumaron mucho, lo que parece es de rigor en estas circunstancias, hasta el punto en que nuestras visitas se quedaron a dormir. No me quedan muy claras frases tales como Héctor fundió biela o Héctor palmó que escuché entre sueños.
La noche no fue tan tranquila como la semana pasada. Parece que tiraron muchos cohetes y petardos -sobre todo cerca de la ventana de mi cuarto-, que me despertaron una y otra vez.
Por otra parte, hoy fuimos a festejar el nuevo año junto a la familia de mi Papá y, como siempre, después nos dimos una vueltita por la casa de la madrina Ivana y el tío Marcelo.
Lo mejor, como siempre, fue el regreso a casota, para reponernos de un par de días de mucho movimiento. ¡Qué digo un par de días...! Para reponernos de un 2005 sumamente agitado.
Hoy estás, mañana no estás, suele decirse en los velatorios.
En mi caso fue exactamente al revés.

La foto es de mi primer amanecer del año, tomada entre los barrotes de mi cuna. La V invertida de la parte superior es sólo un paño que cuelga.
Buen día, buen año.