Como recordarán, si bien mi habitación y cuna están preparados, todavía duermo en un catre en el cuarto de mis Papis. Sin embargo, durante el día, mi Mamá suele dejarme un ratito en la cuna para que me vaya acostumbrando o en el cochecito para que me adapte al nuevo lugar.
Un día a Mamá se le ocurrió hacer una prueba.
Me dejó solo en el cuarto para ver qué pasaba. Al principio, no sucedió nada. Para mí era como si nada, me entretenía con los chiches o miraba los colores de las paredes. Después de un rato y sin que nadie le dijera nada, apareció Psycho. Sí, mi perro, el que me tiene celos y no me da bolilla. Vino, dio una vuelta, olió mis pies, miró por la ventana, se hizo un poco el tonto y se "instaló" ahí, a mi lado. Cuando Mami volvió, Psycho se fue. Entonces, Mamá salió nuevamente para ver qué pasaría. ¡Y Psycho regresó!
Ahí me di cuenta que él, en el fondo y más allá de los celos, ¡me quiere!
En la foto se ve muy bien: me está cuidando.
Un día a Mamá se le ocurrió hacer una prueba.
Me dejó solo en el cuarto para ver qué pasaba. Al principio, no sucedió nada. Para mí era como si nada, me entretenía con los chiches o miraba los colores de las paredes. Después de un rato y sin que nadie le dijera nada, apareció Psycho. Sí, mi perro, el que me tiene celos y no me da bolilla. Vino, dio una vuelta, olió mis pies, miró por la ventana, se hizo un poco el tonto y se "instaló" ahí, a mi lado. Cuando Mami volvió, Psycho se fue. Entonces, Mamá salió nuevamente para ver qué pasaría. ¡Y Psycho regresó!
Ahí me di cuenta que él, en el fondo y más allá de los celos, ¡me quiere!
En la foto se ve muy bien: me está cuidando.
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