24/09/07
Me parece que me olvidé de contarles, pero desde hace un tiempito que me viene a cuidar mi prima Ornella. Ella es la hija de mi tío Eduardo -hermano de Papá- y de mi tía Silvana. Derrotadas por el agotamiento las tías Fernanda y Gloria, que tiraron la toalla estrepitosamente, ahora es el turno de un pariente, que supongo sobrellevará mejor las situaciones dado que estudia para ser maestra jardinera.
La verdad, contra mis prejuicios, debo admitir que me he llevado una gratísima sorpresa. Además de tratarme con mucho cariño, ha demostrado suma habilidad para -digamos- manejarme. Realmente no me aburro en ningún momento. No puedo negar que de vez en cuando me agarra algún que otro caprichín, mmmmuuuuy esporádico, que incluye un mix de gritos, piñas y mordiscos, pero que ella -con paciencia, habilidad y ternura, sabe volver a encauzar.
Decía que con Orne no me aburro: vamos a la plaza, andamos en el subte nuevo, saludo a los señores que la piropean en la calle, pintamos con témpera y acuarelas, y ahora también amasamos, una actividad en la que hasta el momento no había incursionado.
Les prometo una foto de Ornella para más adelante, aunque no sé... Ella es demasiado linda y si les muestro una imagen tal vez aparezca alguien y me la robe, porque Orne es mi novia.
Me parece que me olvidé de contarles, pero desde hace un tiempito que me viene a cuidar mi prima Ornella. Ella es la hija de mi tío Eduardo -hermano de Papá- y de mi tía Silvana. Derrotadas por el agotamiento las tías Fernanda y Gloria, que tiraron la toalla estrepitosamente, ahora es el turno de un pariente, que supongo sobrellevará mejor las situaciones dado que estudia para ser maestra jardinera.
La verdad, contra mis prejuicios, debo admitir que me he llevado una gratísima sorpresa. Además de tratarme con mucho cariño, ha demostrado suma habilidad para -digamos- manejarme. Realmente no me aburro en ningún momento. No puedo negar que de vez en cuando me agarra algún que otro caprichín, mmmmuuuuy esporádico, que incluye un mix de gritos, piñas y mordiscos, pero que ella -con paciencia, habilidad y ternura, sabe volver a encauzar.
Decía que con Orne no me aburro: vamos a la plaza, andamos en el subte nuevo, saludo a los señores que la piropean en la calle, pintamos con témpera y acuarelas, y ahora también amasamos, una actividad en la que hasta el momento no había incursionado.
Les prometo una foto de Ornella para más adelante, aunque no sé... Ella es demasiado linda y si les muestro una imagen tal vez aparezca alguien y me la robe, porque Orne es mi novia.
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