08/05/08
Bueh, en realidad, no fue cena, sino una picada; pero, a los efectos dramáticos, Da Vinci no hubiera pasado a la posteridad pintando La última picada.
En rigor, tampoco se trató de una picada, sino de unos maníes con cáscara, que son mi debilidad, como para ir tirando hasta la cena. Una ópera lírica intitulada El último maní no sería tomada con mucha seriedad.
Además, no me cierra eso de La última... porque habrá más cenas y más picadas. Por otra parte, si trazamos una línea imaginaria, en la arena imaginaria que es mi vida, que divida mis 3 años de existencia en 2 partes (no necesariamente iguales), la raya surcará la medianoche del 10 al 11 de mayo de 2008.
Hoy es 8 de mayo de 2008. Aunque puedo hacer trampa y adelantarme, pero no tendría gracia.
Lo cierto es que, mientras comíamos maní y mirábamos la tele en la cocina, Mamá le pidió a Papá que nos tomara una foto. ¿Por qué? ¡Vaya uno a saber! ¿Qué se le cruzó por la cabeza? La verdad es que no lo sé. La estábamos pasando muy bien, eso seguro, pero como muchas otras veces. ¿Qué cosa, entonces? Lo irrepetible, tal vez. Para ella. No para Psycho o Papi. Para ella, pero con respecto a mí.
No sé.
Este es un post con muchas inexactitudes. Así no vamos a ningún lado. La gente no va a entender nada.
Bueh, en realidad, no fue cena, sino una picada; pero, a los efectos dramáticos, Da Vinci no hubiera pasado a la posteridad pintando La última picada.
En rigor, tampoco se trató de una picada, sino de unos maníes con cáscara, que son mi debilidad, como para ir tirando hasta la cena. Una ópera lírica intitulada El último maní no sería tomada con mucha seriedad.
Además, no me cierra eso de La última... porque habrá más cenas y más picadas. Por otra parte, si trazamos una línea imaginaria, en la arena imaginaria que es mi vida, que divida mis 3 años de existencia en 2 partes (no necesariamente iguales), la raya surcará la medianoche del 10 al 11 de mayo de 2008.
Hoy es 8 de mayo de 2008. Aunque puedo hacer trampa y adelantarme, pero no tendría gracia.
Lo cierto es que, mientras comíamos maní y mirábamos la tele en la cocina, Mamá le pidió a Papá que nos tomara una foto. ¿Por qué? ¡Vaya uno a saber! ¿Qué se le cruzó por la cabeza? La verdad es que no lo sé. La estábamos pasando muy bien, eso seguro, pero como muchas otras veces. ¿Qué cosa, entonces? Lo irrepetible, tal vez. Para ella. No para Psycho o Papi. Para ella, pero con respecto a mí.
No sé.
Este es un post con muchas inexactitudes. Así no vamos a ningún lado. La gente no va a entender nada.
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