viernes, septiembre 05, 2008

La Seño María Marta


03/03/08
Como no podía ser de otra manera, todo este primer día de clases de mi vida resultó un acontecimiento. Desde el viaje, la espera en la vereda, la ceremonia de izar la bandera (que me encantó, por otra parte), el discurso de Viviana la Directora, el ingreso a mi aula que es la Sala Amarilla, la elección o decantación de una mesita y una sillita (al fondo y junto a un ventanal, sabia elección), el estudio a mis compañeritos y la presentación de las señoritas María Marta y Maru, quien será su asistenta por un tiempo, que mis Papis vivieron con una intensidad muy superior a la mía y que registraron, como no podía ser de otra manera, en fotos y video.
Además de izar la bandera, lo mejor fue la mismísima Martita, que me pareció redulce y resimpática conmigo. En cuanto pude, no me le despegué ni un segundo. Seguramente a más de alguno le habrá reventado, pero problema de ellos.
Fue nada más que eso: la presentación en sociedad para todos -con algo de juego y dibujos- y también el comienzo de la adaptación, que se prolongará durante un mes, con variaciones semanales. Así, la semana 1 me quedaré una hora; la semana 2, 90 minutos... etc., hasta completar -en mi caso- la jornada completa. ¿Qué significa esto? Que almorzaré y dormiré la siesta acá, como hasta las 4 de la tarde. Lindo chiste, ¿no?
¿Quieren que les cuente el chiste del nene que se sentirá desplazado por una panzota gigante donde se agazapa algo llamado hermano?

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