09/07/07
Dicen que hay cosas que las esperás, las esperás y no te pasan nunca. ¡Qué sé yo! Como ver un OVNI o toparte con el fantasma de un ser querido. Por otro lado, dicen que hay cosas que te pasan una sola vez en la vida. Mi Papá, por ejemplo, vio salir campeón a nuestro querido Huracán cuando tenía 11 años, junto al abuelo Tata, que superaba los 50 y medio que ya se resignaba. Además, por esas cosas del destino, se topó con dos cometas: el Halley (en 1986) y el McNaught (en enero de este año), cuando mucha gente ni siquiera tuvo la fortuna de ver uno. ¿Otras rarezas que presenció o protagonizó? Por ejemplo, incendios, tiroteos, choques de trenes, choques de subtes y choques de colectivos (estos tres ¡en una misma semana!).
Pero la nieve hasta ahora se le había negado y eso que en pleno invierno fue a Bariloche en viaje de egresados y muchas veces más a Mendoza (capital y cordillera). Y de nieve, nada.
Hasta que al mediodía del Día de la Independencia, la temperatura en la ciudad de Buenos Aires bajó hasta niveles inusitados. Encima estaba muy nublado. Lo que en un principio parecía una llovizna, de pronto se convirtió en aguanieve. Más a la tardecita, ya se podía hablar de nieve hecha y derecha.
Francamente estábamos emocionados; igual que todo el mundo, supongo. Filmamos, sacamos fotos y nos reímos. La pasamos genial, entrando y saliendo; buscando el calorcito de las estufas en un momento, para luego salir a tocar, una y otra vez, eso que caía del cielo.
Por suerte, ya he visto un cometa y también nevar. Ahora falta que el Globo vuelva a salir campeón. Esa es jorobada. Difícil que el chancho chifle.
Dicen que hay cosas que las esperás, las esperás y no te pasan nunca. ¡Qué sé yo! Como ver un OVNI o toparte con el fantasma de un ser querido. Por otro lado, dicen que hay cosas que te pasan una sola vez en la vida. Mi Papá, por ejemplo, vio salir campeón a nuestro querido Huracán cuando tenía 11 años, junto al abuelo Tata, que superaba los 50 y medio que ya se resignaba. Además, por esas cosas del destino, se topó con dos cometas: el Halley (en 1986) y el McNaught (en enero de este año), cuando mucha gente ni siquiera tuvo la fortuna de ver uno. ¿Otras rarezas que presenció o protagonizó? Por ejemplo, incendios, tiroteos, choques de trenes, choques de subtes y choques de colectivos (estos tres ¡en una misma semana!).
Pero la nieve hasta ahora se le había negado y eso que en pleno invierno fue a Bariloche en viaje de egresados y muchas veces más a Mendoza (capital y cordillera). Y de nieve, nada.
Hasta que al mediodía del Día de la Independencia, la temperatura en la ciudad de Buenos Aires bajó hasta niveles inusitados. Encima estaba muy nublado. Lo que en un principio parecía una llovizna, de pronto se convirtió en aguanieve. Más a la tardecita, ya se podía hablar de nieve hecha y derecha.
Francamente estábamos emocionados; igual que todo el mundo, supongo. Filmamos, sacamos fotos y nos reímos. La pasamos genial, entrando y saliendo; buscando el calorcito de las estufas en un momento, para luego salir a tocar, una y otra vez, eso que caía del cielo.
Por suerte, ya he visto un cometa y también nevar. Ahora falta que el Globo vuelva a salir campeón. Esa es jorobada. Difícil que el chancho chifle.
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